Hace unos días, escuché decir a alguien que uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es que no nos tomamos en serio las palabras. O más bien, que solemos utilizar palabras sin comprender su sentido, o más bien, a costa de su sentido. Somos expertos en utilizar palabras que por el contexto suelen estar vaciadas de su contenido. Hemos perdido todo respeto, a tal punto de que somos capaces de vaciar las palabras de significado.
Palabras como Amor, Patria, Libertad, Democracia, Progreso, Guatemala, son usadas sin más. Expresadas con un significado barato, vulgar, corto.
- “Amor”, sí, amor, pero haciendo a un lado su auténtico significado, que va de la mano con la lucha y con la entrega total. No parcial, no cuando se me da la gana, sino siempre, para toda la vida.
- “Patria”, sí, pero como una delimitación geográfica de tierra, aire y agua, que debe dar a sus patriotas, pero no recibir nada de ellos. Hemos caído en la trampa de hablar de “patria” pero dejando fuera su sentido de hogar; porque patria no puede entenderse sin su sinónimo de hogar.
- “Libertad”, claro, utilizada como sinónimo de libertinaje, olvidando su correlativo, que es la virtud de la “responsabilidad”.
- “Democracia”, utilizada tan vagamente que a los autoritarismos modernos les llamamos “nuevas democracias” y a las democracias que aún persisten, las irrespetamos, apoyando micro dictaduras, como las de la imposición de ideas, o la de la politización de la justicia.
- “Progreso”, tan mal utilizada, que se le llama progreso a aquellas prácticas antihumanas, que, por ejemplo, reniegan de toda ciencia ó ignoran toda la historia para repetir modelos de liderazgo fracasados, como muchos aquellos que comienzan con “social”, “fascis” ó “común” y terminan con “ismo”.
- “Guatemala”… tantas veces abusada y mal querida, tantas veces mal utilizada y mal vista. Usamos el nombre de nuestra nación sin valorarlo, dejando que otros la definan con sus políticas, sus narrativas y sus malos ejemplos.
Si utilizáramos correctamente las palabras y comprendiéramos su verdadero significado, nos tomaríamos en serio, a nivel de juramento, la siguiente frase:
¡Amor para nuestra Patria, Guatemala, en sus pilares de Libertad y Democracia, siempre hacia el Progreso!
Nuestro país somos nosotros, en nuestros entornos, todos los días. No solo es el gobierno de turno, ni los titulares de prensa, ni las decisiones de algunas autoridades, ni los escándalos en redes, ni las cifras que duelen. Somos mucho más, pero tenemos que creérnoslo, tenemos que aceptarlo, tenemos que asumirlo. ¡Guatemala es nuestra responsabilidad! Si amamos a nuestro país, significa luchamos por nuestra tierra, todos los días; no solo cuando nos dan ganas o cuando no estamos cómodos. Se lucha siempre. Si entendemos que nuestro país es patria, haremos de él un auténtico hogar, cálido, limpio, útil, seguro y bello. Y si queremos una nación libre y democrática, valoraremos y brindaremos los valores que nos hacen auténticos demócratas, con la responsabilidad que conlleva el importantísimo título de ser libres. Llevaremos nuestro país al auténtico progreso, aquel que implica avanzar y no retroceder, sabiendo que para avanzar, es necesario mantener blindados los principios y valores que nos dan vida, sin caer en aquellas agendas e ideas que solo buscan derrocarlos y corromperlos.
Guatemala es un gran país. Nación de naciones, cultura de culturas, pueblo de pueblos, encuentro de encuentros. Repito, Guatemala somos nosotros, en nuestros entornos, todos los días.
Ya empezaron algunos por ahí con la típica cantaleta: no hay nada que celebrar, porque el país atraviesa grandes retos. Bajo esa premisa, jamás celebraremos nada entonces. Son babosadas. Aquí se celebra, de la mano, eso sí, con la reflexión. Se celebra y se reflexiona sobre lo que hemos sido, somos y podemos ser. ¡Hay mucho que celebrar! Porque hoy, somos más libres que ayer, y porque no nos cohibimos con los retos que tenemos por delante, sino más bien nos nutrimos con fortaleza y esperanza para superarlos. Eso es Guatemala. Eso somos nosotros. Y por eso, Guatemala se celebra.
¡Feliz 15 de septiembre, feliz independencia, feliz patria, feliz celeste y blanco, feliz aniversario!